viernes, 21 de abril de 2017

La tercera es la vencida



Solamente desde el corazón puedes tocar el cielo
-Rumi


Mi mamá me cuenta que desde pequeña he tenido gusto por aprender. El departamento en el que viví siendo un niña de tres años de edad estaba justo frente a una Jardín de Niños, y desde la ventana, de un tercer piso, era posible ver a los niños caminado a la escuela con sus mochilas y demás cosas para sus clases, entonces, yo me ponía a observar a los niños desde la ventana preguntando a dónde íban y qué es lo hacían, y que cada vez que acompañaba a mamá por las compras en la tienda de la calle, agarraba mis cuentos o revistas y le decía a las personas que me iba a la escuela. 


Dice que en mi primer día de escuela ella estaba más angustiada que yo, temía que me pusiera a llorar o que no quisiera quedarme con los demás niños ¡cuál fue su sorpresa al verme ir corriendo con mis nuevos compañeritos y ponerme a jugar!. Me adelantaron un año en preescolar y al entrar a primaria fui de las más pequeñas. Me entusisasmaba la idea de ir a la escuela.

Estoy agradecida con mamá porque siempre procuró que en la casa tuviéramos libros para niños y enciclopedias infantiles, a través de sus dibujos, las explicaciones se volvían maravillosas. Recuerdo con mucho cariño una enciclopedia de Charlie Brown -que aun tengo- porque era temática. El volúmen de dinosaurios me encantaba y los personajes aprecían vestidos como exploradores. También tuve enciclopedias que venían con experimentos en ellos, he de decir que todos mis experimentos fallaron y sólo un terrario sobrevivó más de tres meses, sin embargo con esos libros aprendí que había un lugar donde yo podía buscar cosas y aprender de muchos temas. Así que desde pequeña he tenido el gusto por aprender. 

Con el tiempo fueron llegando más enciclopedias a mi casa, había una donde al final de cada volúmen se podía leer el resumen de alguna novela clásica. Entonces aprendí sobre La vuelta al mundo en 80 días, Alicia en el País de las Maravillas, Moby Dick, Los tres Mosqueteros y muchas más. Gracias a esos resúmenes a los diez años de edad ya conocía la existencia de algunos clásicos de la Literatura. 

Más o menos por esa época quise comenzar mi propio diario y un cuaderno con narraciones para compartir lo que había aprendido en mi corta existencia, eran cosas muy íntimas que a los diez años pueden parecer lo más importante del mundo, como por ejemplo el niño que te gusta o lo que piensas de tus padres o simple ideas de lo que piensas de la vida a esa edad. Sin embargo, descubrí que mi mamá lo leía y dejé de hacerlo, sentí que mi confianza había sido traicionada, aun no estaba lista para que alguien más lo leyera, dentro de mí sabía que aunque quería escribir para los demás primero buscaba escribirme a mí. Con la era del interntet quise comenzar mi primer blog, a los quince años, pero luego temí que alguien conocido lo leyera, y volví al papel. No sé si fue el temor a que alguien lo leyera o si fue el temor de sincerarme conmigo misma al transformar todos mis pensamientos en palabras escritas y que no me gustara lo que ahí veía de mí, pero nunca puede hacer un diario con la dedicación que se requere para llevarlo.
Desde los quince años, tuve la idea de lo maravilloso que sería leerme al paso del tiempo así que mucho de lo que escribía era para mi yo del futuro. En algún momento me escribí una carta para cuando estuviera en la universidad, otra para cuando fuera mamá y no olvidara lo que es tener quince años, recuerdo una carta donde me hablaba sobre lo que significaba el amor para mí a esa edad. La mayoría de esas cartas las destruí porque eran palabras muy íntimas y no deseaba que fueran leías por más personas. Solamente sobrevivió un cuaderno en el cuál trato de decir quién soy a los diescisiete años. 

Al salir de la preparatoria hice mi primer blog en línea, uno que solo abrí y en el que nunca escribí algo. Poco después de entrar a estudiar Biología, tras haber pasado por varias carreras, comencé mi segundo blog, en él sí escribí varias entradas pero lo abandoné. 

Así que éste es mi tercer blog.
La tercera es la vencida.

En este blog deseo escribir sobre algunos temas que me gustan, mejorar mi narrativa y darle sentido a aquello que me mueve el alma. Quiero aprender a transmitir mejor mis ideas y generar opiniones propias. 
De alguna manera busco mostrar(me) lo que soy, desde el mundo de las ideas.
Las letras y el lenguaje, son las herramientas con las que hemos pasado de generación en generación lo que somos. Es nuestra manera de comunicarnos a través del tiempo, transmitir historias y conocimiento.

Sincerándome busco dejar evidencia de lo que hoy soy para lo que mañana seré.

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